--¿Sabes querido? Hay que reconocer que la pareja abierta también tiene sus inconvenientes. Primera regla: para que la pareja abierta funcione, tiene que abrirse sólo por un lado, el del marido. Porque si abre por los dos lados, se forman corrientes, ¿no?
--Mi marido no me ama, no me siento deseada... Y se armaba una auténtica tragedia cada vez que yo descubría una nueva infidelidad de mi marido.
--¡Vaya! ¡Ahora resulta que tengo que hacerle de madre a la novia de mi marido! La acompaño al ginecólogo y le digo, tan tranquila: "Ande, señor ginecólogo, sea usted amable y hágame el favor de ponerle el espiral a la novia de mi marido". ¡Esperemos que él tenga el mismo sentido del humor que nosotros! ¡A tí sí que te voy yo a poner el espiral...! ¡¡Uno en cada agujero de la nariz!!
--(...) Pérdoname si te implico para angustiarte... Pero esta vez se acabó de una vez por todas. Me tiro por la ventana, y en plena bajada me pego un tiro y se acabó.
Ésta es Antonia, mi Antonia. Navegando entre la desesperación y la autosuperación, entre el absoluto patetismo y la dignidad más brillante y trabajada. Una maruja desesperada al borde de un ataque de nervios en camino de transformarse en una vamp despiadada, serpeteante y tentadora...
Pronto tendréis ocasión de conocerla. A ella y a su marido Pedro Antúnez.
Ambos son los protagonistas de PAREJA ABIERTA, obra teatral escrita por los italianos Franca Rame y Darío Fo, que la Compañía Marabal estamos montando. Pronto, muy pronto, me veréis en la piel de Antonia. O veréis a una Antonia despellejada... Y al perplejo de Pedro asistiendo (¿impasible? ¿pasmado? ¿aplastado?) a su metamorfosis.
Seguidme por aquí y os iré dando detalles del estreno, el lugar, las entradas...
Antonia no tendrá la oportunidad de vivir si vosotros no se lo permitís. Y os digo que es una mujer que vale la pena conocer.
¡ESTAD ATENTOS!
(el póster corresponde a una versión antigua de la obra, realizada por la compañía panameña Teatro La Quadra, y que a mí me encanta!!! Tiene mucho de "Tacones Lejanos" de Almodóvar, ¿¿no?? Algo tiene mi Antonia de las mujeres sin límites que tan bien ha retratado el manchego).
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